En 1997, Ned Leuchtner pasó por este lugar y le gustó, eran unas ruinas de una vieja gasolinera de la ruta 66, pero aquello olía a historia y estaba en un lugar especial. No consiguió comprarlo hasta 2001 después de varios intentos, ahora está restaurado y es una bonita parada para los viajeros de la 66. Llovió hasta legar allí desde Oatman, a partir de aquí el tiempo nos dió un premio por valientes y quizá por desidia al ver que para nosotros lo importante era la ruta y su entorno, no la climatología.
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